Terapia cognitivo conductual
La terapia cognitivo conductual (TCC) es una forma de tratamiento psicológico orientada a la acción. En esta el terapeuta y el paciente trabajan en equipo para identificar y resolver problemas.
Esta terapia asume que nuestros pensamientos y sentimientos juegan un papel fundamental en nuestro comportamiento. Por ejemplo, una persona que pasa mucho tiempo pensando en accidentes aéreos, accidentes de pista y otros desastres puede encontrarse evitando los viajes en avión.
El objetivo de la terapia cognitivo conductual es enseñar a los pacientes que, si bien no se pueden controlar todos los aspectos del mundo que les rodea, pueden tomar el control de cómo interpretar y manejar las cosas en su entorno. Además, proporciona al paciente, dentro de un plazo limitado, las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida.
Se centra en problemas y dificultades del aquí y ahora. En lugar de enfocarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de mejorar su estado anímico en el momento presente. Durante la evaluación se ahonda en el pasado del paciente para conocer las variables que han podido propiciar la aparición del problema, pero una vez que disponemos de esta información, nuestro esfuerzo está orientado a mejorar el presente de la persona y, con ello, a contribuir a su bienestar futuro.
La finalidad de la terapia cognitivo conductual es ayudar a las personas a cuestionarse sus creencias negativas y a pensar de manera más realista, de tal forma que puedan iniciar un cambio psicológico orientado a la mejora personal.
Este estilo de terapia tiene tres grandes etapas: evaluación, tratamiento y seguimiento.
Etapas de la terapia cognitivo conductual
Evaluación
Durante la primera etapa, la evaluación psicológica, nos ocupamos de conocer al paciente y entender los problemas por los que consulta. Si existe un diagnóstico como depresión, bipolaridad o fobia social tratamos de encontrarlo en este momento. En general, lo que vamos descubriendo en estas primeras entrevistas se lo explicamos al paciente. De este modo él empieza a conocer su problema y nos da su punto de vista.
Muy importante: durante esta fase, paciente y terapeuta charlan y acuerdan cuáles son los objetivos del tratamiento y ponen las prioridades en los mismos. La evaluación psicológica tiene una duración de entre 3 y 5 sesiones.
Tratamiento
La segunda etapa es la más larga, el tratamiento propiamente dicho. Aquí es cuando se aplican las técnicas dirigidas a lograr el cambio que beneficia al paciente, tratando de alcanzar los logros que se plantearon en la primera etapa. Las técnicas que se aplican varían mucho según el problema, el paciente y el momento que esté atravesando. En cualquier caso, siempre que se va a aplicar un procedimiento se charla previamente con el paciente.
Seguimiento
Durante la tercera etapa, el seguimiento, vamos espaciando la frecuencia de las consultas mientras aplicamos procedimientos orientados a mantener los cambios y prevenir recaídas. Cuando los objetivos se logran y el cambio se consolida, damos el alta al paciente.
Beneficios de la terapia cognitivo conductual
La terapia cognitiva conductual esta avalada científicamente y se ha convertido en una terapia cada vez más popular entre los profesionales de la salud. Se ha demostrado que la TCC ayuda a los pacientes a superar eficazmente una amplia variedad de conductas inadaptadas.
Las problemáticas que se intervienen con esta terapia son: ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, fobias, ataques de pánico, crisis de angustia, control de impulsos, modificación de conducta, trastornos del sueño, adicciones, problemas sexuales y de pareja, inseguridades, autoestima, duelo, etc.
La terapia cognitivo conductual ha demostrado ser una alternativa mucho más eficaz y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y de la depresión y, a diferencia del tratamiento farmacológico, no supone ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso.
Además de reducir los síntomas de ansiedad y depresión y mantener estos cambios terapéuticos a largo plazo, el tratamiento psicológico proporciona otros beneficios en comparación con el tratamiento farmacológico, tales como una mayor adherencia al tratamiento, una disminución significativa del riesgo de recaídas y una elevada tasa de recuperación.
¿Cómo trabajo las adicciones?
El primer objetivo es que la persona sea consciente del problema.
El segundo paso consiste en analizar y tratar las causas internas que mantienen el consumo. Las adicciones son una forma de evitar la insatisfacción de la realidad que vive la persona.
El último propósito radica en ayudar a la persona a mantener la motivación para abandonar el consumo y prevenir las recaídas.
Profesional colaborador de Adictalia, Red Nacional de Centros de desintoxicación